Hace unos días tuve la fortuna de volar en cuatro de estas magníficas máquinas de GOL. Yo, más allá de ser alumno piloto y tener más de 20 horas de vuelo reales (no recuerdo ahora, pero llevo entre todo más de 20 aterrizajes y despegues (stop&go), hechos), me sentía con muchas ansias de volar esta nave.
Casi siempre volé en el Puente Aéreo, con bastante frecuencia, en la "chanchita", el 737-200, tanto de Pluna como de Aerolíneas Argentinas. La "chanchita" es mi avión preferido, aunque sea "chiquito" (?). Recuerdo que una vez volé en el cockpit con los pilotos (antes del 11-S, obvio) hacia San Pablo, como 50', y me enamoré aún más de esta pequeña aeronave de Pluna.
Pero ahora el motivo es exponer las bondades de esta aeronave (éramos 220 pasajeros). ¡Infernal! El despegue es a más de 45 grados, con un empuje que te aplasta contra el asiento (dependiendo del Comandante, claro). La velocidad V1 se sentía (más de 400 Km/hora en el carreteo) y la V2 (imposible ya de detener), a casi 430 Km/hora (¡la mitad de su velocidad crucero en pista!).
Bueno, cuando levanta, ¡levanta! Claro, el setup está configurado según cantidad de pasajeros más peso en valijas, etc. Pero levanta igual con cierto exceso; por eso es "Next Generation". Boeing preparó este avión para GOL especialmente. Le quitó asientos para que los pasajeros tuvieran más comodidad, y la logró. Nunca tuve problemas con las rodillas entre asientos, tampoco cuando bajé la mesilla (obvio, "es propocional me dirán", pero no, no es así en todos los aviones).
El interior es impecable. Todo laminado en vista cruda metalizada, con ventanas lo suficientemente buenas para ver el exterior (yo siempre pido "ventanilla retrasada sobre las alas" para poder ver el retroimpulsor cuando aterriza y se abre como una flor, donde el piloto, ya en pista, acelera configurando la aceleración negativa de frenado. ¡Excelente!).
La vista en vuelo de las alas, terminadas en finísimos y sedosos "winglets", de 2.5 mtrs. de altura cada uno, le dan un aspecto maravilloso de poder y consistencia (además de que aumentan el alcance, eficacia en consumo de combustible y rendimiento al despegue mientras reduce costes de mantenimiento y ruidos del motor).
Lo que más disfruté fue en los momentos de turbulencia, cuando se mueve, ¡cuando se mueve de verdad! Para mí es como un arrorró (en algún caso, cuando la gente se pone "verde", yo me duermo de placer). Será que me gusta y estoy acostumbrado a la avioneta en los ejercicios de pérdida*. Realmente disfruto cuando veo que las alas se mueven compulsivamente hacia arriba y hacia abajo, a sabiendas de que entre las dos acumulan más de 26.000 litros de combustible extra con respecto a los modelos anteriores (casi 26 toneladas de peso, quitando la evaporación que se aprovecha entre ranuras predispuestas por la ingeniería de canales).
*El ejercicio "en pérdida" es cuando apuntás la nave hacia arriba, casi verticalmente, y se queda sin potencia; entonces cae de golpe con la nariz hacia abajo y tenés que recuperarla; si no, te hacés paté contra el piso (debe ser duro esto).
El servicio de a bordo, bueno, si te gustran las galletitas saladas (un paquetito) y unos biscuits con relleno (bastante rico), todo bien. Pero si esperabas un pollo relleno a la manteca, suerte. Nada.Eso es todo. Pero es "low-cost". La empresa te da eso a cambio del bajo precio. Pero tienen "una buena": cuando tenés conexión, si está atrasado tu vuelo, el otro te espera, no importa si son 2 horas, te espera. Eso también es a causa de "low-cost". No desperdician vuelos. Y lo pude comprobar desde el momento en que siempre comprobé que todos los vuelos salen llenos.
Una nave maravillosa. A aquellos que puedan volar un 737-800, no eviten la experiencia. Los niveles de seguridad de esta nave son inmensos. La computarización es inmensa.
martes, 20 de noviembre de 2007
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